El efímero imperio de Agustín de Iturbide cayó en marzo de 1823, quedando Chiapas en una situación de indefinición legal en cuanto a su soberanía.
Ese hecho y la intromisión de Vicente Filisola, como emisario mexicano, que intentó disolver la Junta Gubernativa, provocó que se proclamara el Plan de Chiapa Libre, en 1823, que señalaba que “La Provincia de Chiapa (…) tenía el derecho de decidir por sí misma lo que mejor le conviniera a su soberanía”.